domingo, 11 de septiembre de 2011

11 de septiembre de 1932: Nace Luis Beltrán Fernández Mago


Luis Beltrán Fernández Mago nació en Porlamar el 11 de septiembre de 1932. Estudió Bellas Artes en la Escuela Cristóbal Rojas de Caracas. Pertenece a la Promoción de Pedagogos en Educación Artística, Manualidades e Historia del Arte “Antonio Edmundo Monsanto” (1953-1957). Jubilado desde 1988, tiene más tiempo para pintar paisajes y vivir en paz y sin enemigos, dice. Está casado desde hace 45 años con Ana Rodríguez de Fernández, con quien tiene tres hijos, Ana Luisa (abogada), Luis del Valle (Médico) y Luisana (experta tributaria).

Fernández Mago baila tranquilo el “Tango” de la vida

Fue fundador de la Escuela de Artes “Pedro Angel González” de La Asunción, donde ejerció docencia durante 30 años.

Yanet Escalona

Pintor, escultor, docente y poeta. Así es el compendio de su vida. Cuando era niño, Luis Beltrán “Tango” Fernández Mago comenzó a manifestar vocación artística, pero el talento emergente en la infancia fue expresándolo mediante caricaturas que hacía a las maestras, lo cual le valió temprana expulsión del grupo escolar Estado Zulia, cuando apenas cursaba quinto grado.

-Para la época hacer una caricatura significaba una burla, y las maestras no comprendían que era arte. Por eso digo que a esa edad me sentí como “rebelde sin causa”, cuenta “Tango” Fernández, con seriedad y solapado humor margariteño.

Por intermedio de una hermana que se había graduado de maestra, y comenzó a dar clases en la escuela “José Joaquín de Olmedo” de Pampatar, pudo continuar la primaria. Lo inscribieron en sexto grado, con la fortuna que le tocó como docente Jesús Manuel Subero (recordado Cronista de Margarita).

Bajo esa guía, el alumno se sintió más a gusto, porque amando el arte y las letras, el maestro Subero más bien estimuló al muchacho hacia la creación.

-Fue un verdadero cambio, porque alimentó en mí el humanismo y amor por las artes. Hasta llegué a dirigir un grupo teatral.

Al egresar de sexto grado, el padre de “Tango” Fernández, quien era capitán de barcos, en sus viajes a islas caribeñas un día se lo lleva a Trinidad, donde lo puso a estudiar. Allí cursó el primero y segundo año de bachillerato.

A su regreso continuó en Cumaná, porque su papá también viajaba hacia el Oriente. Luego prosiguió el bachillerato en el Instituto Escuela de La Florida.

Graduado de bachiller, se entera que la Escuela “Cristóbal Rojas”, dirigida por el escultor y pintor margariteño Francisco Narváez, abría la carrera para formar en Educación Artística, Historia del Arte y Manualidades, con duración de cuatro años. Presentó el examen de admisión y logró el ingreso.

Entre los profesores sobresalían otros dos margariteños, Pedro Angel González y Ramón Vásquez Brito, ambos posteriormente ganadores de Premios Nacionales de Pintura.

-El maestro Vásquez Brito, quien todavía pinta con rigurosidad y disciplina, es quizás uno de los más brillantes margariteños, sobre todo en lo que concierne al estudio lumínico del paisaje insular. En mi opinión, su obra es casi una interpretación poética que él hace en sinfonía de colores, dijo.

Modestia aparte, al gastarse tan renombrados profesores, “Tango” Fernández recuerda a otro docente Edoardo Crema, quien era italiano y dio su aporte. Hasta publicó el libro “Dante, un desconocido”.

-En historia de la Cultura, teníamos como profesor a Rafael Ramón González, también Premio Nacional de Pintura, y al renombrado Rafael Monasterios.

Posteriormente, hizo un Curso en la Gran Colombia, en Educación de Adultos, que dirigía Félix Adam, fundador de la Universidad Simón Bolívar, donde Miguel Acosta Saignes y Luis Beltrán Prieto también daban clases.

Entre las anécdotas recuerda cuando entregó al maestro Prieto un trabajo con una tachadura. “Como era muy exigente, tuve que volver a pasar las 15 hojas, y en manuscrito”.

Graduado con toda esa rigurosa formación, “Tango” Fernández comenzó a dar clases, en Educación Artística, siendo uno los fundadores del liceo Nueva Esparta. También impartió docencia en el liceo Francisco Antonio Rísquez, el Instituto Juan Bautista Arismendi y la Escuela Normalista Miguel Suniaga.

En 1959 presentó ante el gobernador Agustín Ortiz Rodríguez una Exposición de Motivos para crear la Escuela de Artes Plásticas, cuando el director de Educación era José Inocente Alfaro Salazar. Con tal impulso nació la Escuela de Artes Plásticas Pedro Angel González de La Asunción el 16 de septiembre de 1959, de la cual fue director fundador. Laboró en ella durante 30 años.

Afirma que esta escuela impulsó la cultura y de ella han egresado valiosos artistas, “muchos de los cuales pasaron por mis manos”, señala.

Ahora permanece alejado de la Escuela, por razones que se reserva. Reconoce los tiempos cuando hubo cohesión de docentes y alumnos, con generaciones como Arturo Millán, Tomás Cazorla, Jesús Salvador Rodríguez, Asdrúbal Marcano, José Rafael Marcano y Rafael Rivas.

-¿Qué le falta en la actualidad a esta Escuela?
-Algo muy sencillo: amor. La gente a veces no sabe la importancia de esas cuatro letras, señala “Tango” Fernández, quien es parte de los “sobrevivientes” del centro de la ciudad. Habita todavía frente del grupo escolar estado Zulia.

Es el casco central de Porlamar, en la calle Libertad entre Velásquez y San Nicolás, el cual está rodeado de una inseguridad que obliga a vivir entre rejas.

-Lamentablemente aquí la vecindad se ha perdido, dijo, al comentar que de los vecinos de antes, quedan muy pocos, entre ellos descendientes de su amigo el Negro Calderín-Carlos Fermín-. “Ellos constituían una familia creativa, donde estaban músicos, sastres, mecánicos, entre otros, con gentilicio margariteño”.


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