jueves, 6 de junio de 2013

RÉQUIEM PARA EL NEGRO ASUNCIÓN


Cronic-Academia / Verni Salazar
La tarde es diferente, y el viento pareciera ser el mismo, aunque se va esfumando, con las horas, al buscar razones, todo encuentra su lugar, pero al reubicar el sentimiento, el corazón aligera sus latidos y entonces el dolor y la nostalgia irrumpen nuestro ser. Y es esta tarde sanjuanera del 14 de mayo, en que nos reunimos para darle un hasta luego a la esencia infinita de Asunción Rodríguez, El Negro de Colasa, el Negro de la Renta, para mí el Negrito… el cultivador de la sociabilidad, un ser social por excelencia, que desde su gestación, y en los nueve meses siguientes ya tenía compañía en el vientre de su madre Colasa, el Blanco, que se le adelantaría en el camino. Guardiero de Corazón y nacimiento, Sanjuanero de alma y adopción.
Cuando muchacho aprovechando que su papá era bodeguero y peluquero, se valía para limpiarles los zapatos a los clientes del negocio, por una locha. A los once años comienza a trabajar en el Expendio de Medicinas “La Guardia”, con su padrino Juan Villarroel, allí aprendió a escribir a máquina y a aplicar inyecciones. A los 17 años, es repartidor de telegramas y telefonemas. Como necesitaba una bicicleta para este trabajo, su mamá habla con Ceferino Marcano, y le agarró fiada una bicicleta marca “Rudge”, full equipo, con guardacadena, faro, timbre y parrilla, por el astronómico precio de 140 bolívares, muy responsable como siempre, se la pagó en dos quincenas. Quiso sentar bases por los campos petroleros del Zulia, pero no tuvo la suerte de pegar a trabajar, sin embargo administró el club Taparito de la Mene Grande y el Club Altamira de Tía Juana, de donde regresa por la muerte de su padre.
El 30 de octubre de 1963, es nombrado Administrador de Rentas del Distrito Díaz, cargo que desempeñó por muchos años, y del cual le quedó el nombre de “El Negro de las Rentas”, de allí fue a parar al Instituto Nacional de Puertos, en el Muelle de El Guamache, luego Supervisor de mantenimiento en el liceo “Gaspar Marcano”, en donde obtiene su jubilación. Fue miembro de varias instituciones, donde se destacan la Sociedad pro-La Guardia, el Club de Leones, Junta de Fiestas de San Juan Bautista y María Auxiliadora, de la Asociación de Jubilados y Pensionados, entre otras; pero su espíritu inquieto le permitió participar en un sinnúmero de actividades, su solidaridad era grande, en la visita de enfermos, en los actos de sepelio, en las procesiones de Semana Santa… entre tantas intranquilidades, escribidor, poeta y en los últimos tiempos hasta locutor.
Hoy la gente a la que quisiste, acompañaste, está aquí con el unísono sentimiento de amistad, de cariño, de amor, tus muchachas y nietos, portadores infinitos de tu naturaleza, tus familiares, tus 142 ahijados, y todos los que te queremos, tomaremos de ti la lección más grande de racionalidad y fortaleza, y encontraremos en tu ejemplo la firmeza, para superar el paso del silencio, de la pregunta, del vacío, de la soledad… sin embargo no hay vuelta atrás, el camino continúa, a veces entre el sosiego y la bruma, que acrecientan la incertidumbre y la nostalgia.
Adiós Negrito, contenta estará tu apreciada y amada Zaída al recibirte… nos quedamos tristes por tu partida, pero alegres de haber compartido contigo y a Dios damos gracias por habernos permitido disfrutar de tu estancia entre nosotros… tu estampa perenne seguirá surcando los aires sanjuaneros y guardieros… Descansa en Paz… hasta siempre y por siempre.