Madre, Maestra, Cronista, historiadora por siempre... |
Esther
María Quijada de González, brotada
de la tierra gracitana, de sus Hatos queridos, con la prestancia de las
venecianas y que desde niña por esos “Caminos de Los hatos”, empezó a trazarse
lo que es una ejemplarizante vida, como hija, como amiga, como esposa, como
madre, como maestra, como, historiadora, escritora y cronista, apegada a la
defensa de la idiosincrasia y la historicidad de nuestra Margariteñidad, y que
con el tiempo por su trabajo diario, sinónimo de integridad, tesón y superación, se convirtió en una representante genuina de
la espartanidad. Su
constante indagación le permitió resaltar la historia bien entendida, como
memoria social, y amparada en lo local, constituye un ejemplo en lo que
respecta a la realización de trabajos propios de investigación y análisis para
la formación y divulgación de nuestras raíces, de lo nuestro, de lo local que
nutre permanentemente la historia que hace grande a los pueblos. La
Maestra Esther, como cariñosamente la conocimos fue una brisa
impregnada de deseos, que brotó de un corazón henchido de amor por sus
semejantes, y sirvió de llave para abrir las puertas de su alma buena, de donde
emergió siempre la luz de esperanza a quienes tuvimos la dicha de acercársele,
todo esto demostrado a través de una vida dedicada al servicio, con el ejemplo y
la tenacidad de quien, está pendiente
mas de los otros, que de los suyos. Como hija, un
legado de ternura y orgullo para su familia. Como esposa y madre, fue y será
por siempre la reina de su hogar, con un amor puesto a prueba y un animoso
aliento de esperanzas y fuerzas, para afrontar todos los obstáculos y
superarlos. Como amiga, fue una mano abierta a la entrega de todos, un legado
de Dios para hacer la carga más ligera, que ilumina nuestro andar en el camino de la vida. Como
maestra, después de servir durante 27 años en esta profesión, nunca dejo de
serlo, pues
jamás le dio la espalda a quienes de una u otra manera se acercaban a ella con la esperanza
de nutrirse de este sabiduría abierta sin mezquindades, solo con el deseo de
servir: Maestra de temple, Maestra de empuje, Maestra por sobre todas las
cosas, Maestra de todos los días, siempre Maestra. En la noche de este nueve de
enero de dos mil doce la Maestra Esther Quijada de González:”antorcha
del saber, del cariño y la pureza”, emprendió su vuelo hacia el infinito. Me
sentí inmensamente palpado por su afecto, sus consejos envolverán mi alma para
siempre, su voz no se suprimirá nunca de mí ser, su palabra estará latente en
cada uno de mis actos, su ánimo y amor por nuestra cultura será norte para
seguir batallando. MAESTRA ESTHER, tu legajo, tu recuerdo y tu perenne ejemplo,
no permitirá jamás que se apague esa antorcha, que dejaste encendida aquí en la
tierra, con esa llama que no quema, sino que es portadora de esperanza, de
lucha y de constancia por una Nueva Esparta digna de sus hijos. Supiste
depositarla en nuestras manos, mente y corazón y te aseguramos que seguirá
ardiendo constantemente...hasta siempre, Maestra Esther."
cronistadediaz@gmail.com
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