Nacido en 1940 en La Asunción, edo.
Nueva Esparta, Venezuela, Perucho Aguirre se ha convertido, con el correr de
los años, en un faro que alumbra la música margariteña de raíz, con un
repertorio lírico que reflexiona a través de la jota, el polo y la malagueña,
respecto a las tradiciones avasalladas de su pueblo, sumando así la vocación
literaria combativa a una música que ya de por sí, se identifica con el dibujo
juglaresco de la sociedad donde se produce.
Perucho estudió y
egresó del Instituto Pedagógico de Caracas y, en los años 70, producto de sus
cada vez más frecuentes y logrados encuentros artísticos y “parranderos” con
paisanos, formó la agrupación Collar de Perlas, proyecto cultural que, desde
sus inicios, se erigió en bastión de las luchas visionarias de Perucho por
concienciar a través de sus búsquedas literarias, donde denuncia constantemente
la descomposición de la Isla de Margarita, gracias a una visión ficticia,
uniformadora y voraz del progreso. Iniciativas como la Zona Franca y el Puerto
Libre, convierten a Margarita, antigua patria de “vendepescaos”, conuqueros,
velorios de cruz y decimistas, en un emporio del consumo vacío, arrasado y
desvirtuado, con el trasfondo de la explotación del pescador y el arrase
urbanístico expandiéndose sin control ni
criterio. Aguirre ve esto claramente y lo ataca con sus composiciones, las que lo caracterizan, a decir del escritor José Balza, como una “rara avis” entre los compositores de música popular venezolana de la actualidad, gracias a su comprensión y valoración sintética de los fenómenos sociales que acompañan a los musicales. Poeta y escritor, Perucho Aguirre es un ejemplo vivo de artista integral o renacentista. Su vocación musical surge de raíces poderosas: nieto del poeta, cantor y compositor Don Pedro Aguirre Guerra, y discípulo de Lino Gutiérrez, de la maestra y pianista Alicia Caraballo y el guitarrista Licho Natalio Moya, todo ese bagaje hace explotar en él el gusanillo de la música. Aunque no llega “a entrarle” a la teoría musical, se convierte pronto en un extraordinario y creativo autor-intérprete que reivindica, ante el paso del tiempo, lo dejado por cantores de galerones como la inigualable y olvidada Isabel de León.
criterio. Aguirre ve esto claramente y lo ataca con sus composiciones, las que lo caracterizan, a decir del escritor José Balza, como una “rara avis” entre los compositores de música popular venezolana de la actualidad, gracias a su comprensión y valoración sintética de los fenómenos sociales que acompañan a los musicales. Poeta y escritor, Perucho Aguirre es un ejemplo vivo de artista integral o renacentista. Su vocación musical surge de raíces poderosas: nieto del poeta, cantor y compositor Don Pedro Aguirre Guerra, y discípulo de Lino Gutiérrez, de la maestra y pianista Alicia Caraballo y el guitarrista Licho Natalio Moya, todo ese bagaje hace explotar en él el gusanillo de la música. Aunque no llega “a entrarle” a la teoría musical, se convierte pronto en un extraordinario y creativo autor-intérprete que reivindica, ante el paso del tiempo, lo dejado por cantores de galerones como la inigualable y olvidada Isabel de León.
Entre 1975 y 1980, Perucho Aguirre y Collar de Perlas
graban seis álbumes, donde un canto siempre contestatario se apoya en el
majestuoso y aguzado folclore oriental, tocado con nervio y la característica
aspereza que lo hace violento, melodioso y directo. Injustamente, la
trayectoria discográfica del conjunto quedó truncada hace ya veinticinco años,
si exceptuamos la iniciativa Margarita, su Música y sus Músicos, que a
principios del nuevo milenio lo rescata para las nuevas generaciones.
Tomado de Venezuela Demo
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