MAESTRA ESTHER QUIJADA DE GONZÁLEZ
Heraclio Narváez
Los amantísimos compañeros Ramón Quijada
Salazar y Ana Gómez de Quijada, naturales y vecinos de Los Hatos o
Altagracia y de Santa Ana del Norte respectivamente, unieron sus vidas en los
tiempos de la Margarita de ayer: plena de quietud, amor y esperanza. En
esta entrega existencial procrearon a Carmen Dolores, Esther María, Ana Teresa,
Sabas Ramón, Godofredo Ramón, Felimón José y Jesús Ramón Marcano, en
claro testimonio de infinita bondad y amor. Ramón Quijada Salazar, padre
ejemplar, margariteño integral, solidario, músico excelente. Ana Gómez de
Quijada, formada en la fe cristiana, le decían la maestra del pueblo, pues
enseñó primeras letras y religión a los niños y niñas de Altagracia e
impregnaron a sus hijos valores ciudadanos y normas de conducta. Sus
hijas Carmen Dolores, Esther María y Ana Teresa también fueron educadas en la
fe y formadas en colegios de religiosas. Carmen Dolores y Ana Teresa en el
Colegio Nuestra Señora del Valle y Esther María en el Colegio Nuestra Señora de
la Consolación en Caracas y Barcelona. Esther María Quijada de González recibe
el título de Maestra Normalista en el Colegio Nuestra Señora de la Consolación.
La Maestra Esther, como se le conocerá desde este momento, casa con
Alejandro González González, de cuya unión procrearon a Esther, quien
estudio derecho, pero el arte culinario enamoró y le ha permitido ganar premios
nacionales; Alejandro, próspero comerciante y Coromoto, profesional
de la Administración. La maestra Esther dedicó toda su vida al trabajo creador,
al estudio, a la docencia, a la investigación, a la crónica, a la promoción
social, cultural y de la identidad, a difundir testimonios de fe. Prueba
fehaciente de su quehacer la dan sus alumnos de la Escuela Básica “Antonio
Díaz”, quienes en diferentes épocas convivieron y disfrutaron de sus enseñanzas
y aprendizajes y con quienes compartió educación, música, canto, poesía y danza
impregnados de amor maternal. Desempeños que le permitieron recibir
los más altos reconocimientos nacionales y regionales. La maestra Esther María
Quijada de González siempre fue una mujer activa, consecuente, vertical,
apegada a las normas de convivencia ciudadana, creyente, solidaria, madre
amorosa, esposa fiel, amiga incondicional. Sus familiares aseguran que heredó
la inteligencia y la inclinación a la música de Ramón Quijada y el
amor, la bondad y la fe de Ana Gómez de Quijada. La vida de la maestra Esther
Quijada de González se convirtió en un apostolado, fue una servidora pública
eficiente, paciente, culta, instruida, perseverante, amorosa,
responsable; que hizo suya las palabras del distinguido educador Juan Vicente
González: “Recordémoslo bien, la educación no consiste solamente en
adornar la memoria e ilustrar el entendimiento; ella debe sobre todo dirigir la
voluntad”. Ana Teresa, Esther, Alejandro, Coromoto, Gregorio José,
Carol Yemina, Lloyd, Aisha Penélope, Victor Alejandro, Maureen, Jesús
Alejandro, Chantal Gabriela, Salomé Alejandra, sobrinas y sobrinos, cuñadas y
cuñados. La maestra Esther Quijada de González deja a su familia un legado
preciosísimo: educadora, cronista oficial, historiadora, escritora, locutora,
gremialista de la crónica, delegada de comunicación diocesana, que resume una
vida de entrega dedicada a la educación de la ciudadanía y a la promoción de
los más altos valores del ser humano. ¡Un modelo a seguir por las generaciones
presentes y futuras.
Que bien que aun recordemos a ese ser excepcional de la maestra de maestra Esther Quijada de Gonzalez..... mujer despojada de revanchismos estériles y con plena entrega a la cronología de todos los tiempos de su isla robinsoniana...tomaremos para la 11va edición de la revista MaTiCeS parte de este testimonial...esperamos no ofender susceptibilidades...ya que, se nos sitúa, como "enemigos silentes" de la cultura neoespartana.
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