Heraclio Narváez

La Maestra Esther, como se le conocerá desde este momento, casa con Alejandro González González, de cuya unión procrearon a Esther, quien estudio derecho, pero el arte culinario enamoró y le ha permitido ganar premios nacionales; Alejandro, próspero comerciante y Coromoto, profesional de la Administración.
La maestra Esther dedicó toda su vida al trabajo creador, al estudio, a la docencia, a la investigación, a la crónica, a la promoción social, cultural y de la identidad, a difundir testimonios de fe. Prueba fehaciente de su quehacer la dan sus alumnos de la Escuela Básica “Antonio Díaz”, quienes en diferentes épocas convivieron y disfrutaron de sus enseñanzas y aprendizajes y con quienes compartió educación, música, canto, poesía y danza impregnados de amor maternal. Desempeños que le permitieron recibir los más altos reconocimientos nacionales y regionales.
La maestra Esther María Quijada de González siempre fue una mujer activa, consecuente, vertical, apegada a las normas de convivencia ciudadana, creyente, solidaria, madre amorosa, esposa fiel, amiga incondicional. Sus familiares aseguran que heredó la inteligencia y la inclinación a la música de Ramón Quijada y el amor, la bondad y la fe de Ana Gómez de Quijada.
La vida de la maestra Esther Quijada de González se convirtió en un apostolado, fue una servidora pública eficiente, paciente, culta, instruida, perseverante, amorosa, responsable; que hizo suya las palabras del distinguido educador Juan Vicente González: “Recordémoslo bien, la educación no consiste solamente en adornar la memoria e ilustrar el entendimiento; ella debe sobre todo dirigir la voluntad”. Ana Teresa, Esther, Alejandro, Coromoto, Gregorio José, Carol Yemina, Lloyd, Aisha Penélope, Victor Alejandro, Maureen, Jesús Alejandro, Chantal Gabriela, Salomé Alejandra, sobrinas y sobrinos, cuñadas y cuñados.
La maestra Esther Quijada de González deja a su familia un legado preciosísimo: educadora, cronista oficial, historiadora, escritora, locutora, gremialista de la crónica, delegada de comunicación diocesana, que resume una vida de entrega dedicada a la educación de la ciudadanía y a la promoción de los más altos valores del ser humano. ¡Un modelo a seguir por las generaciones presentes y futuras!
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